La mayor parte de nosotros utiliza redes sociales. Facebook, Twitter, Instagram. Y en todas ellas, en mayor o menor medida, hemos encontrado conflictos: conversaciones de gente que discute, pelea o directamente se insulta. Gente que a lo mejor no se conoce, o no tiene nada que ver entre ellos.
La lógica que seguimos en las redes sociales suele ser, en realidad, similar a la que seguimos en persona. Si alguien dice algo que creemos que no es correcto (o peor alún, algo que estamos seguros que es una idiotez) normalmente lo que hacemos es tratar de corregirlo. En principio, parece ser una acción inocente, que incluso puede ayudar a debilitar la expansión de noticias falsas en la red. Sin embargo, es una estrategia que hay que realizar con cuidado.
El algoritmo
El problema es que los algoritmos de las redes sociales están preparados para detectar, de forma automática, cuál es el contenido más interesante o relevante, en tiempo real. ¿Por qué? Porque al final son un producto diseñado para que pases tiempo dentro de la red social. Facebook, Twitter, y otras redes ganan dinero sobre todo de dos fuentes: la publicidad de las empresas que se anuncian, y la venta de metadatos a terceros.
Por tanto, es muy importante picar a los usuarios a generar y consumir contenido. Al hacerlo, das pistas sobre qué intereses tienes, qué te gusta hacer, cuál es tu ubicación, y en definitva, cosas que una empresa puede aprovechar para mandar publicidad personalizada o hacer estudios de mercado a gran escala. Básicamente, yo tengo que asegurarle a las empreas que mi red posee muchos usuarios, que pasan mucho tiempo en la red generando metadatos útiles para ellas y consumiendo su publicidad personalizada.
La conclusión lógica es que tengo que buscar una forma de enganchar a los usuarios para que usen la red. Por supuesto, hay muchísimas formas distintas de hacer esto. Por ejemplo, Twitter está basado en la información. Es fácil de escribir, cada usuario recibe muchísimos tweets, y puedes hacer listas del contenido que quieres ver. Es ideal para estar al día de las noticias en el tema que te interese. ¿Novedades en el mundo de la política, la ciencia, los videojuegos, activismo…? Instagram, por otro lado, se basa en compartir qué es lo que haces con la gente que conoces o admiras e interactuar con ellos, una relación mucho más de uno a uno: imágenes, vídeos, filtros divertidos…
Pero ambas tienen una cosa en común: una opción de ‘descubrir’ que te permite ver posts según tus intereses. Por ejemplo Instagram: cuando abres la app por primera vez, hay un contenido bastante general, de todo tipo. Deportes, cómics, celebrities, música. En cuanto sigues a todos tus amigos, subes dos fotos y encuentras un par de cuentas que te interesan, el contenido de la pestaña de descubrir cambia por completo a algo mucho, mucho más particular, y mucho más cercano a tus intereses. El cambio es tan rápido que a mi personalmente me dio algo de miedo.
Nos acercamos finalmente al meollo de la cuestión: ¿cómo deciden las redes sociales qué post son más relevantes? Pues obviamente los que reciben más likes, comentarios, o reposteos. En el caso de Twitter, además, es posible no solo contestar tweets, sino ‘mencionarlos’, escribiendo una respuesta y mostrando el tweet original a tus seguidores.
Cuando es algo que quieres enseñar porque te gusta, desde luego, hacer esto es bueno. Estás haciendo un comentario y a la vez estás reposteando el contenido para tus seguidores, con lo que el algoritmo verá que ese tweet ha generado más interacción y le dará más ‘prioridad’ a la hora de aparecer. El problema es, ¿qué pasa si cito una idiotez para criticarla? ¿Merece la pena?
Cómo no hacer popular a un troll
Citas de tweets: mejor no
Por un lado, puedes pensar, ‘eh, vale que esto aumenta la popularidad de este tweet en el algoritmo, pero al fin y al cabo estoy evitando que mis seguidores crean esta idiotez’. Esto tiene un problema: aumentar la popularidad del tweet en el algoritmo hará que muchísimas más personas lo vean. Una cita a un tweet no es que la vaya a posicionar en lo más alto, pero si el tweet es muy citado, ten por seguro que lo hará. Estamos hablando de tus 100, o 1000 seguidores, contra los cientos de miles de usuarios de la red social.
Capturas de pantalla: posibles, pero cuidado
Si haces una captura de pantalla de un tweet, efectivamente ya no estás dando feedback a Twitter sobre la interacción, y te libras de ese problema. Sin embargo, las capturas tienen algunos problemas: son fácilmente falsificables. No hay que ser un maestro del Photoshop para hacer capturas falsas. Cualquiera puede hacerlo. Click derecho a un tweet, Inspeccionar Elemento
lleva a una página llena de codigo. Nada de qué asustarse: abriendo desplegables llegaréis en algún momento al contenido del tuit (hay muchos desplegables, ¡paciencia!). Doble click, ponéis el texto que queráis y a volar. El cambio, por supuesto, solo ocurre en vuestro ordenador y desaparecerá en cuanto refresquéis la página, pero se puede capturar la pantalla y listo. Y si alguien pregunta, ‘es que borró el tweet’. De hecho, esto sirve también para conversaciones de mensajes privados en cualquier página web. ¡Una captura de pantalla no es una prueba fiable de nada! ¡Si queréis que sea fiable de verdad, grabad un vídeo donde se vea claramente que refrescáis la página, sin trampas!
Por otro lado, hacer una captura sin ocultar el usuario que realiza el tweet en cuestión puede incitar a alguno de tus seguidores a buscar esa cuenta, lo cual ya de por sí está aumentando su impacto social. En algunos casos, de gente muy conocida, famosos o políticos, a lo mejor no importa mucho, pero si solo quieres comentar el contenido del tweet y evitar el apoyo a esa cuenta: oculta el usuario y dificulta las interacciones.
Lo mejor: no interaccionar
Parece tonto, pero sí. ¿Es necesario interaccionar? ¿Vas a responder con un “Madre mía eres idiota”? Sencillamente, no lo hagas. En general, creo que la regla es: si vas a interaccionar con algo con lo que no estás de acuerdo, lo mejor es siempre dejar una respuesta al tweet explicando por qué está mal para que otra persona que abra el hilo pueda leerlo. Antes de eso, mira las respuestas. ¿Lo ha explicado ya alguien? Entonces, ¡mejor no seguir hinchando la bola!
La nueva función de Twitter, que limita las respuestas a los tweets, aunque puede ser muy útil para evitar casos de abuso tiene doble filo, por desgracia: si quieres interactuar, solo puedes llegar a tus seguidores mediante cita, y nunca dejar una respuesta aclaratoria para todos los potenciales lectores del tweet. En ese caso, es más conveniente la captura de pantalla que la cita.
Y recordad, ¡tened cuidado por las redes sociales, apoyad a vuestros artistas y activistas locales! Ellos sí necesitan la difusión :)